Del Instituto Peruano de Arbitraje
El jueves 7 y viernes 8 se realizó en el Cusco un
nuevo Congreso Regional de Arbitraje organizado por el Instituto Peruano de
Arbitraje que preside el doctor Carlos Soto, el Centro de Arbitraje de la Cámara
de Comercio del Cusco y el Capítulo Peruano del Club Español de Arbitraje.
El evento se desarrolló en el auditorio de la
Caja Municipal de Ahorro y Crédito con una nutrida asistencia. Se abordaron
temas vinculados a distintas cuestiones prácticas que se suscitan en el
arbitraje. El primer día se trató sobre la redacción de las cláusulas
arbitrajes, sobre instituciones arbitrales, sobre tribunales y sobre demandas y
contestaciones. El segundo día se discutió sobre hechos y pruebas, sobre el
principio del iura novit curia, sobre el laudo arbitral y sobre la liquidación
de costas y costos en el arbitraje que, pese a lo que se podría pensar, terminó
siendo uno de los tópicos más interesantes.
Nuestro editor participó en el panel que debatió
sobre las formas de elegir un buen tribunal arbitral. En una de sus
intervenciones se mostró favorable, para el caso de un tribunal colegiado, a la
designación cruzada de árbitros en cuya virtud cada parte propone una lista de
un número determinado de árbitros a efectos de que la otra parte elija de entre
ellos a uno para que, posteriormente, los dos árbitros así nombrados elijan de
común acuerdo al tercero que presidirá el tribunal. De esa manera, los árbitros
de parte le deben su designación a ambas partes, a la que los incluye en la
lista y a la que los elige de la lista.
Señaló igualmente que lo más importante es
respetar en lo posible la voluntad de las partes y evitar trasladar la
designación al ámbito de la competencia de un tercero, sea éste un centro
arbitral o una institución de cualquier otra índole a la que se le puede
confiar esta tarea sólo en defecto de las partes.
Sustentó su desacuerdo con la forma tradicional
de designar árbitros en la que cada parte designa uno y éstos al presidente, en
el hecho de que los árbitros de parte se conducen, en la mayoría de los casos,
como abogados de parte dentro del tribunal. Dijo que “si vas a tener dos
abogados, uno dentro y otro fuera del tribunal, mejor ahorrarse el doble gasto,
tener uno solo y prescindir por lo menos de dos árbitros y confiar la
resolución de la controversia en un árbitro único.”
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