El
gerente del Centro de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima,
Carlos García, declaró esta semana que las salvaguardas impuestas por Colombia
a nueve productos agrícolas procedentes de la Comunidad Andina a la fecha ya
han afectado a 91 empresas peruanas. 62 de ellas comercializan cebollas y 27
venden frijol, 1 leche y otro queso. Dijo además que la situación de las
partidas afectadas con las salvaguardias se agrava aún más por los altos costos
de producción y por el contrabando existente entre los países de la CAN.
El
especialista reclamó, en declaraciones que reprodujo el diario Gestión, que el
ministerio de Comercio Exterior y Turismo solucione el inconveniente lo más
pronto posible pues se vienen las campañas más fuertes tanto para la cebolla
como para el frijol, que empieza en enero, y lo ideal sería que para entonces
todo esté solucionado.
La
posición de Colombia no se condice con la que exhibe en el seno de la Alianza
del Pacífico donde aparece como un país que apuesta por el libre mercado.
Consultado sobre el tema, Eduardo Ferreyros, gerente de la Sociedad de Comercio
Exterior del Perú (Comexperú), calificó la medida como incongruente,
preguntándose si el gobierno colombiano desea replicar para su industria los
mecanismos que implementan Argentina, Brasil, Venezuela y otros países del Alba
para impedir la competencia de productos importados.
Ferreyros
asegura que se trata de una medida sin sustento técnico, proteccionista y
discriminatoria que aparenta solucionar muy a la ligera un reclamo de productos
colombianos habiendo optado por la solución más fácil que es la de frenar las
importaciones. Por el momento, descarta denunciar el hecho ante la CAN porque
es un proceso que toma mucho tiempo. Prioriza la gestión bilateral de gobierno
a gobierno que ya se ha iniciado y lo que pueda lograrse en la Alianza del
Pacífico con la colaboración de México y Chile.
Descarta
también las guerras comerciales y de devolver golpe por golpe porque en ese escenario,
según manifestó, todos salen heridos o, agregamos nosotros, se recapacita y se
enmiendan los errores. Espera que Colombia levante la medida que afecta al
Perú, país que no debe llegar a los extremos de la retaliación que no es otra
cosa que actuar con espíritu de revancha o de responder con la misma moneda,
alternativa que en ocasiones, bien calculada, no debería desecharse.
Las
salvaguardias, como se sabe, son medidas de emergencia que se adoptan ante la
amenaza de las importaciones y en cuya aplicación práctica se restringe
temporalmente el ingreso o las facilidades que se les brindan a algunas de
ellas, para proteger determinada producción nacional que no estaría, en ciertas
circunstancias, preparada para competir con lo que viene de fuera. El problema
surge cuando las salvaguardias no se inspiran en la necesidad de proteger a un
sector sino simplemente en el afán de impedir el acceso al mercado propio de la
producción foránea. Por eso mismo, siempre se recomienda elaborar previamente
un estudio técnico y analizar si su implementación obedece a la necesidad de
hacer frente a una coyuntura o simplemente a bloquear el ingreso al país de un
producto procedente de otro lugar.
Hasta
el 2009 estuvo vigente en el Perú la Ley de Promoción del Desarrollo Productivo
Nacional, que no era propiamente una salvaguardia sino un mecanismo para
restablecer los equilibrios entre el proveedor establecido en el país y el que
venía de fuera, y que bonificaba con un veinte por ciento adicional la
calificación que obtenían las propuestas de bienes y servicios producidos o
prestados en el Perú en los procesos de selección que se convocaban bajo el
imperio de la Ley de Contrataciones del Estado. Una interpretación peculiar de
la modificación legislativa del año anterior –que incluyó la promulgación del
Decreto Legislativo 1017– y de los tratados de libre comercio suscritos por el
país, remitida a través de un oficio, sostuvo entonces que el beneficio no
podía ser otorgado y por lo tanto no resultaba aplicable (PROPUESTA 140).
No es
mala idea reponerlo y no retirarlo hasta que los demás hagan lo propio.
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