domingo, 26 de abril de 2015

Empresas de prófugo contrataron con 25 instituciones públicas

DE LUNES A LUNES

El viernes se informó que diversas empresas vinculadas a un prófugo de la justicia dieron servicios a más de veinticinco instituciones públicas. Entre ellas figura la Contraloría General de la República que pagó más de seis millones de nuevos soles por trabajos de jardinería, limpieza y fumigación entre el 2012 y el 2014. La noticia no debería llamar a mayor escándalo porque mientras un proveedor no sea inhabilitado para contratar con el Estado puede participar en todo tipo de procesos de selección. Como cualquier ciudadano que es inocente hasta que se pruebe su culpabilidad y sea condenado.
No se trata de defender a quienes actúan al margen de la ley. Se trata simplemente de defender el estado de derecho. Si existiese ese libre albedrío, los funcionarios públicos podrían impedir la contratación de diversos postores aduciendo alguna vinculación con quien está siendo buscado por algún delito.
En estos casos, lo que hay que determinar, de un lado, es si los proveedores actuaron correctamente en las respectivas adjudicaciones y si actuaron bien quienes condujeron esos procesos. Hay que averiguar si ganaron demasiados procesos y si es que hubo alguna intención de favorecerlos, desde luego. Hay que revisar si hubo impugnaciones y revisar cómo terminaron. De otro lado, habría que averiguar cómo se prestaron esos servicios: si hubo incumplimientos, si se aplicaron penalidades, si se resolvieron los contratos y si se iniciaron procesos sancionadores contra esas empresas y cómo acabaron. De eso no se ha dicho nada y eso es lo que importa.
Lo que queda claro es que mientras no se inhabilite a un proveedor, éste puede seguir operando. Y puede llegar a contratar incluso con la Contraloría General de la República, la que, dicho sea de paso, no ha incurrido en ningún ilícito sólo por hacerlo. Todo lo contrario, ilícito sería negarle una adjudicación a un postor que no está legalmente impedido de contratar con el Estado.
EL EDITOR

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