Una tarea pendiente en materia de contratación pública es la de unificar conceptos sobre costos directos, costos indirectos o gastos generales, gastos generales fijos y variables y utilidad. No es posible que se manejen definiciones abiertamente contradictorias.
Por
de pronto, el Reglamento define a los gastos generales como aquellos costos
indirectos en los que el contratista incurre para la ejecución de la prestación
a su cargo, derivados de su propia actividad empresarial. Por esa razón, no
pueden ser incluidos dentro de las partidas de las obras o de los costos
directos del servicio. Por contraposición, los costos directos son aquellos que
no se derivan de la propia actividad empresarial del contratista sino que están
vinculados con la prestación misma.
Gastos
generales fijos, para la normativa, son aquellos que no están relacionados con
el tiempo de ejecución de la prestación a cargo del contratista. Gastos
generales variables, en cambio, son aquellos que están directamente
relacionados con el tiempo de ejecución de la obra y por lo tanto pueden
incurrirse a lo largo de todo el plazo de ejecución de la prestación a cargo
del contratista.
Fijo
es lo que no varía, lo que es permanente en el tiempo. Variable es todo lo contrario. Para el
Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado “la diferencia entre
ambos tipos de gastos generales radica en su vinculación con el tiempo de
ejecución de la obra: los gastos generales variables se encuentran asociados al
tiempo de ejecución de la obra, los gastos generales fijos no lo están. Siendo
así, como ejemplos de gastos generales fijos, tenemos a los gastos en la
formulación de la propuesta o la adquisición o alquiler de mobiliarios para el
personal administrativo; y, como ejemplos de gastos generales variables tenemos
a la remuneración del personal clave, los consumos de energía, entre otros.”
Los
ejemplos, sin embargo, podrían entrar en colisión con la definición general de
gastos generales y acercar más bien la definición de gastos generales fijos a
lo que se conoce como costos directos y los gastos generales variables a una
mixtura habida cuenta de que la remuneración del personal clave, el alquiler de
muebles y los consumos de energía son costos directos en tanto que no lo son
las remuneraciones del personal de dirección y asesoría, el alquiler o los
consumos de la sede central, la administración general y la contabilidad de la
empresa, los gastos e inversiones en capacitación y adquisición de equipos y
material para entrenamiento del personal y otros similares, que corresponden a
la categoría de gastos generales o costos indirectos.
En
cualquier caso, lo cierto es que hay una diversidad de criterios y no hay
conceptos uniformes. Hay que empezar por definirlos de manera clara y concreta.
Para evitar nuevas confusiones.
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