España, Brasil y Perú presentaron distintas ponencias
Con rotundo éxito se realizó el martes pasado en el Hotel Westin el seminario sobre “La consultoría frente a la crisis internacional” organizado por la Federación Panamericana de Consultores (FEPAC) que preside el ingeniero René Ureta Quintana. El evento se desarrolló en el marco de las celebraciones por el 40º aniversario de la organización fundada en Lima, que agrupa a asociaciones y cámaras de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, España, Honduras, México, Paraguay, Perú y Venezuela. En la víspera se llevó a cabo una reunión del comité ejecutivo que decidió por abrumadora mayoría elegir a Lima como sede permanente de su secretaría general. Hasta ahora la secretaría general era itinerante e iba de país en país de acuerdo a la nacionalidad del presidente en ejercicio. En adelante, una secretaría ejecutiva acompañará al presidente pero la secretaría general y la sede permanente estarán en el Perú, lo que constituye sin duda un logro muy importante alcanzado por la consultoría nacional.
En el seminario internacional presentaron ponencias el ingeniero Luis Villaroya Alonso de España, el ingeniero Henrique de Aragão de Brasil y nuestro editor, el doctor Ricardo Gandolfo Cortés, en representación del Perú, ocupándose de la responsabilidad del proyectista en relación con los adicionales que ocurran durante la ejecución de las obras. Actuaron como panelistas el ingeniero Carlos López Avilés y el doctor Ricardo Rodríguez Ardiles.
Nuestro editor propuso que los adicionales sigan exactamente el mismo régimen tanto los que correspondan a consultoría como los que correspondan a ejecución de obras, sobre la base del principio universal que dice que donde existe la misma razón existe el mismo derecho. También propuso que se legisle adecuadamente y se reconozca que entre el momento de la elaboración de un estudio y el momento en que éste se ejecuta pueden haberse producido cambios morfológicos en el terreno y otros fenómenos naturales, sociales o de diversa índole que, sin ser casos fortuitos, ni de fuerza mayor, ni responder a deficiencias u omisiones del expediente técnico, no pueden atribuirse al proyectista ni pueden acarrear ninguna responsabilidad. Pueden generar daños y eventualmente perjuicios, aunque eso también es discutible. Son esos hechos que se sabe que pueden ocurrir pero que no se sabe cuál o cuáles de ellos se presentarán, ni cuándo ni con qué intensidad ocurrirán, motivo por el que resulta imposible calcular –a no ser que se tenga la capacidad de adivinar el futuro– el impacto que podrían tener finalmente en el costo del proyecto.
domingo, 4 de diciembre de 2011
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