domingo, 22 de marzo de 2015

La Contraloría quiere más

En la edición del jueves 19 del diario El Comercio aparecieron las declaraciones del Contralor General de la República, Fuad Khoury, solicitando mayores facultades para intervenir en las entidades públicas y para tener acceso al secreto bancario y al secreto de las comunicaciones, sin autorización judicial, como parte de la lucha contra la corrupción.
El ex presidente del Tribunal Constitucional y ex ministro de Justicia, Víctor García Toma, advirtió que para que ese pedido prospere se requiere modificar la Constitución lo que sólo es posible a través de dos legislaturas consecutivas con votación calificada de cuando menos 87 votos en cada una. Dijo además que extender esa facultad, actualmente privativa de jueces y comisiones investigadoras del Congreso, no parece lo más recomendable. Se trata, sin duda, de derechos constitucionales fundamentales que no pueden estar sujetas al vaivén de las vicisitudes de los procesos que alienta la Contraloría. Desde su punto de vista, sería peligroso, según refirió. Agregó que la posibilidad de que la Contraloría intervenga en las entidades públicas sería excesivo porque desnaturalizaría su función que es la de fiscalizar el uso de los recursos públicos.
El congresista Juan Carlos Eguren, presidente de la Comisión de Justicia del Congreso, no fue tan categórico y más bien dio la bienvenida a todas las iniciativas que planteen una lucha frontal contra la corrupción que es un flagelo terrible. Sin embargo, no estuvo de acuerdo con la solicitud de la Contraloría para quedar exonerada de pedir autorización al juez para el levantamiento del secreto bancario y de las comunicaciones. Se mostró, en cambio, favorable a una intervención temporal en determinadas entidades.
El contralor ha indicado que en el 2014 se iniciaron 299 proceso judiciales como consecuencia de las denuncias de la CGR. Estuvieron implicados 1522 funcionarios y estuvieron involucrados cerca de 289 millones de soles. Lo que no ha señalado es la cantidad de esos juicios que la Contraloría pierde y que ocasionan daños y perjuicios severos a los servidores injustamente comprometidos en causas a menudo sin sustento y al propio país y a su estructura judicial que se distrae en largos procesos que a nada conducen. Mucho mejor sería que la CGR concentre sus esfuerzos y de menos batallas pero que sean mayormente ejemplares. Que castiguen la corrupción y que desalienten a quienes se sienten tentados de caer en sus garras.

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