El
semanario electrónico PROPUESTA celebra su edición 900 en circunstancias en que
en el Perú se estrena una nueva Ley General de Contrataciones Públicas que no
solo ha cambiado el nombre de aquella a la que sustituye –que a su vez
conservaba con algún recorte la denominación de origen que se remontaba a 1997–
sino que también ha creado nuevas instituciones, inaugurado nuevas siglas y
nuevos enfoques. Ojalá que estos últimos sean el augurio de nuevos tiempos y
que muy pronto el Estado vuelva a elegir a las mejores ofertas y no
necesariamente a las de precios más bajos ni a aquellas que combinando fórmulas
mágicas arrojan resultados inesperados. Ojalá que se atraiga a los buenos
contratistas al mundo de la contratación pública y que no se persista en la
idea de ahuyentarlos de estos procesos porque eso deja ese amplio espacio para
que sea cubierto por los malos proveedores a quienes no les arredra el peligro
que representan los cambios normativos que se anuncian y que por el contrario
buscan medrar en su entorno, confabulándose con malas autoridades para provocar
adjudicaciones inmerecidas y producir con frecuencia peores resultados.
Sin
renunciar a la obligación de sancionar a los auténticos culpables de la
comisión de múltiples delitos, que las leyes sean promotoras y no
persecutorias. Que se empodere a los funcionarios públicos y que se respeten
sus decisiones.
EL EDITOR

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