lunes, 21 de junio de 2021

Las razones de la caída del metro de México

Diversos medios informaron esta semana que una investigación independiente elaborada por la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV), una de las tres líderes en clasificación de riesgos a nivel mundial, llegó a la conclusión de que el derrumbe de la Línea 12 del Metro de Ciudad de México en la medianoche del lunes 3 de mayo, que dejó 26 muertos y un centenar de heridos, se debió a una falla estructural de la construcción. La firma, especialmente contratada por el gobierno de la capital, informó que se detectaron deficiencias en los materiales utilizados, en la soldadura de los pernos Nelson y en su fijación en las vigas advirtiéndose la deformación de los soportes estructurales en la parte de la línea que colapsó. En conclusión, en las vigas del puente que se vino abajo faltaban pernos, había soldaduras incompletas y varias clases de cemento.

Si la tragedia, una de las peores de México en los últimos años, que afectó el puente ubicado entre las estaciones Olivos y Tezonco, hubiese ocurrido en hora punta con vagones atestados con más de 200 pasajeros la pérdida de vidas habría sido mucho mayor en una línea de 24 kilómetros de extensión, mayormente elevada. El peritaje preliminar atribuye el accidente a la porosidad y falta de fusión en la unión entre los pernos y las trabes o vigas, a la falta de pernos en las trabes que conforman el conjunto del puente, al empleo de distintos tipos de concreto en la tableta y a soldaduras no concluidas o mal ejecutadas.

El informe admite que la línea funcionaba cumpliendo los protocolos de mantenimiento rutinario razón por la que se descarta que la causa se haya debido a algún error de operación, tal como fue confirmado por Jesús Antonio Esteva Medina, secretario de Obras y Servicios de la alcaldía de la capital al revelar los detalles de este primer informe conjuntamente con Eckhard Hinrichsen, director de DNV en México, quien anunció que un segundo documento se presentará el 14 de julio y un último reporte se entregará el 30 de agosto. Desde luego, la Fiscalía y el Colegio de Ingenieros Civiles de México están haciendo sus propias investigaciones sobre esta línea construida en el 2012 y que moviliza diariamente a cerca de 220 mil personas, que se caracterizaba por sus constantes ruidos y curvas marcadas y que, según revelaron los despachos de las agencias de noticias, quedó con grietas visibles luego del terremoto del 2017.

Según los expertos, una falla que provoque que un puente se parta por la mitad es inusual a nivel mundial salvo que se produzca, como en este caso, por un grave error estructural, en los apoyos que se desplazan hasta hacer caer la losa que se quiebra en dos. Desafortunadamente, en la Línea 12 del Metro de Ciudad de México hubo una equivocada construcción y una falta de supervisión directa y permanente que no verificó ni siquiera que se retiren los casquillos plásticos que se utilizan para que la soldadura no se esparza pero que deben ser eliminados al vaciar la losa porque de lo contrario quedan embebidos en el concreto perjudicando la adhesión del perno con las trabes.

Los especialistas también anotan que hubo mucha presión política para apurar la construcción sin terminar los planos a nivel de detalle, dejando que el contratista ejecutor de la obra se conduzca sin mayor control, permitiéndole optimizar la inversión, alternativa que, unida a la falta de experiencia en diseño, genera ahorros que al final ponen en riesgo el proyecto, al punto, que como recordó el New York Times, ya en una anterior oportunidad hubo que poner por más de un año fuera de servicio la línea para hacer reparaciones que no han dado resultado. Lo más posible es que esta línea tenga que ser totalmente reconstruida a un costo muy alto.

Otra prueba más, dolorosa y triste, de la importancia de una buena supervisión directa y permanente. No como esas otras supervisiones a control remoto e intermitentes que algunos insisten en recomendar temerariamente.

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