Hace 35 años, el 5 de noviembre de 1987 se firmó en Palacio de Gobierno el Decreto Supremo 208-87-EF que aprobó el Reglamento General de las Actividades de Consultoría (REGAC), sobre la base de un proyecto preparado por la antigua Asociación Peruana de Ingeniería de Consulta, antecesora de la actual APC. Esta norma permitió que entrara en vigencia la Ley de Consultoría 23554, promulgada cinco años antes por el presidente Fernando Belaunde Terry, que fue pionera y revolucionaria para su época y que permitió priorizar la contratación de los mejores con prescindencia de los precios que cotizaran al punto que sólo se le abría la propuesta económica al ganador. Solo si no se llegaba a acuerdo con él se pasaba al segundo y ya no se podía volver sobre el primero.
Yo tenía treinta años y a iniciativa del doctor Víctor Larrea fui el compilador y revisor de la última versión del Reglamento, encargado por el Ministerio de Economía y Finanzas de decidir qué modificaciones se incorporaron a su texto después de evaluar diversas sugerencias presentadas por entidades, gremios, operadores y público en general, instalado en una oficina próxima a la del ministro en tiempos en que no habían ordenadores ni computadoras que faciliten esta labor. Los visionarios que idearon el REGAC, nombre que yo le puse, a quienes les rindo público homenaje, en honor a la verdad, hicieron que mi tarea sea más ágil y llevadera. (RG)
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