El diario El Comercio informó que en los
primeros tres años de suscritos los contratos de las Asociaciones Público
Privadas (APP) se acuerdan cerca de la mitad de sus modificaciones. La otra
mitad se incorpora en los siguientes años. Pero en este primer tramo se
concentra un número muy significativo.
Los cambios que se suscitan en los
expedientes técnicos y el presupuesto que se requiere para la ejecución de
obras adicionales son los principales motivos de estas modificaciones
contractuales según la Contraloría General de la República que ha elaborado un
estudio sobre una muestra de diez contratos que involucran proyectos de
transporte, saneamiento, energía, comunicaciones y agricultura. El contralor
Fuad Khoury estima que de las 39 adendas evaluadas, 35 se generaron por causas
que pudieron ser previstas al momento de la celebración del contrato.
La CGR entiende que ahora existen
herramientas más avanzadas para la elaboración de los proyectos por lo que
debería esperarse menores márgenes de error. Sin embargo, al parecer, eso no
depende tanto de los adelantos tecnológicos como de los presupuestos
disponibles para los respectivos estudios. El diseño de una carretera, por
ejemplo, exige un análisis de suelos que debe hacerse por aproximación, perforando
el terreno y extrayendo cada cierto trecho las muestras que son llevadas al
laboratorio. Los resultados que arrojan se promedian y se extrapolan. Como
consecuencia de eso se asignan valores y rendimientos de una determinada magnitud
a tramos que no han sido examinados en detalle y a menudo esa información debe
ajustarse a medida que avanza la obra.
No sucede lo mismo, es cierto, en otra
clase de construcciones. Por ejemplo, en edificaciones centralizadas o en hidroeléctricas
que se levantan sobre espacios perfectamente delimitados que pueden ser
estudiados al milímetro y cuyos proyectos pueden ejecutarse con la precisión de
quien arma un rompecabezas al punto que los planos con frecuencia identifican
hasta las piezas más pequeñas. En estos casos se percibe con nitidez los
avances a los que se refiere el Contralor.
Para que los márgenes de error sean menores
en las obras que se extienden sobre grandes terrenos es indispensable
incrementar los fondos con los que se financian sus proyectos para que las
pruebas y ensayos puedan hacerse con intervalos más cortos con lo que se
reducirán necesariamente los riesgos y se afinarán los resultados. De esa
manera, disminuirán considerablemente las modificaciones contractuales aunque
nunca se podrán prever en el contrato absolutamente todas las ocurrencias de la
obra, como lo ha admitido Gonzalo Prialé, presidente de la Asociación para el
Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN).
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